lunes, 5 de abril de 2021

Nuestros árboles (I) (Publicado el 5 de abril de 2021)

Me gustan los árboles que tenemos en nuestras calles y jardines. En general, son bonitos. Me gusta esta idea que tenemos en Lugo de hileras de árboles de la misma especie jalonando paseos o cantones. Hablo de los bonitos llorones de la Plaza Mayor, que los recuerdo llamando la atención desde siempre, de los camelios de la parte baja de Santo Domingo, de los hermosos laureles cilíndricos de la calle del Progreso, del paseo de los tilos camino del parque y, ya en el parque, del conjunto de sequoias, (mas bien las que quedan) y el círculo de plátanos que rodean el templete de música.

El árbol más abundante en nuestras plazas es el plátano de sombra, que nos protege del sol y con sus ramas permite diseñar enrejados mediante injertos entre ejemplares vecinos, como vemos en algunos tramos de la avenida de Ramón Ferreiro. He visto que llegando el otoño, los podan antes de tiempo, pues al hacerlo aún tienen las hojas verdes. Creo que no está bien.

Tenemos árboles singulares, bonitos, la mayor parte de ellos procedentes de injertos, como los mismos llorones que ya he mencionado. Ver si un árbol es procedente de injerto o no lo es, resulta sencillo. Basta con mirar el tronco justo antes de la ramificación que dará lugar a la copa. Si hay algún tipo de cicatriz en todo el tronco, es que hubo injerto. Pensemos que los árboles de cultivo, frutícola u ornamental, están preparados para vivir en condiciones adversas, en un suelo que puede no ser el adecuado y en un clima que tal vez no sea el suyo. Por eso los cultivadores utilizan los árboles silvestres, más resistentes y con buena capacidad de enraizamiento, y en ellos injertan ramitas o yemas de los seleccionados por belleza, productividad o lo que sea, y que pueden ser más sensibles a condiciones ambientales adversas.



Los árboles, los nuestros, además de acompañarnos y adornar nuestro vivir cotidiano, nos van indicando el paso del tiempo. Los magnolios de hoja caduca, alegran la plaza del Campo Castillo en el comienzo de cada primavera, con sus grandes flores solitarias en los árboles aún desnudos, mientras los camelios se van llenando de flores rojas o blancas en diversos lugares de la ciudad además de en la parte inferior de la plaza de Santo Domingo. El camelio es un árbol agradecido. El mismo año que soporta una poda produce floración. También se cuajará de flores en esos días un hermoso cerezo que hay junto a la fachada de la iglesia de San Froilán. En verano, todos los árboles nos dan sombra y los ligustros llenan las noches de sus lugares con olores dulzones, casi empalagosos. Al llegar el otoño, los colores de las hojas serán capaces de traer nostalgia a nuestros días a la vez que nos recuerdan lo rápido del paso del tiempo. En plena ciudad, en la calle Armañá, tenemos una hermosa colección de arces, con sus peculiares colores diferentes en un solo árbol. El paseo de los tilos de vuelve amarillo por unos días. También bonito, casi grandioso, el paseo de entrada al parque Rosalía de Castro, con respetables arces de diversos tonos ocres , cuyas ramas casi se tocan desde ambos lados definiendo un túnel al fondo del cual se ve la fuente. Con el invierno, todos entran en un sueño del que despertarán en la siguiente primavera.

Mientras, los árboles de hojas perennes siguen sus ciclos casi sin enterarse. Los magnolios, con sus hojas grandes, los tejos verde oscuros, casi negros, los acebos con sus bayas rojas navideñas, todos ellos nos acompañan en los inviernos en los que el resto de árboles espera la eclosión primaveral.

Si me pregunta que qué árbol de Lugo me gusta más, dudaría entre el magnolio del jardín del Museo Provincial y el cerezo de frente a la iglesia de San Froilán. Me decanto por el cerezo. Procedente de injerto, como vemos en su tronco, es generoso en flores y genera una hermosa lluvia de pétalos a su pie. Efímera, pero hermosa. Aislado de otros árboles, tiene el porte que todos pensamos que debe tener un árbol bien hecho.

6 comentarios:

  1. Precioso recorrido arbóreo por los lugares emblemáticos de Lugo!
    Abrazos
    Chiruca

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  2. Gracias Emilio. Nos enseñas que los elementos mas aparentenente pasivos de la naturaleza son los que nos transmiten equilibrio y belleza.

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  3. Así es, Fernando. Pocos seres vivos hay tan indefensos como los árboles, a los que mucho debemos. Creo que en Lugo tenemos una buena colección de ellos. Gracias por tu comentario.

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  4. Gracias, Emilio, por tu paseo botánico. Sin haber estado nunca en Lugo me parece que ya conozco algunas de sus maravillas arbóreas.

    Un gran abrazo.
    Carmina

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    1. Gracias por tu comentario, Carmina. Sí, tenemos bonitos ejemplares botánicos y me imagino que costosos, pues cada uno es consecuencia de elaborada técnica de selección e injertos. Tal vez muchos lucenses no aprecien esta riqueza que tenemos en nuestras calles, pero esas cosas suelen ocurrir. Lugo es una ciudad rica en jardines bien cuidados. Hay sus fallos, que comentaré en breve.
      Gracias de nuevo.

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