Creo que las calles deben ser acogedoras, invitarnos a estar en ellas, a vivir en ellas. No a recorrerlas de modo apresurado. Pero, ¿qué considero necesario para hacerlas acogedoras? De eso tengo algo de qué hablar.
Primero, el color de su pavimento. No sé la causa, pero en Lugo la casi mayoría de calles tienen un triste suelo color gris, a veces inhóspito. Ya digo, desconozco su causa, pero encuentro que ese color es poco acogedor al verlo en amplios suelos de nuestras calles. Por el contrario, todos, o casi todos, celebramos el resultado de las obras de A Mosqueira y tal vez parte del buen efecto conseguido sea el tono de color de su pavimento. Pues mientras el color de los suelos anteriores es gris y frío, el coloor de los suelos recientes presenta un ligero color crema, que en grandes superficies confiere al conjunto un tono más cálido y acogedor.
Si hablo de suelos
ciudadanos, debo decir que otro detalle que me gusta en ellos es la presencia
de dibujos geométricos. Tampoco en Lugo andamos sobrados de este detalle. Hay,
sí, un andén de Santo Domingo, en concreto desde su encuentro con San Marcos
hasta el fondo de la plaza. Podemos ver allí una secuencia de tres tiras de
baldosas rectangulares de granito gris, alternadas con otra de color rosa muy
tenue y más estrecha que las grises. Un adorno tan apagado que tal vez muchos
no han reparado en él. Esta parte de acera está muy mal tratada, con baldosas
rotas y. en algunos casos, remendadas con pegotes de cemento. Un mantenimiento
deplorable.
Debo decir, y me alegra, que
el soleado de nuestras calles es bueno, laborioso y bien ejecutado. Paro los
elementos utilizados para hacerlo no nos permiten disfrutarlo. Por ejemplo, la
calle Armañá presenta cuadrados de adoquines (artificiales) enmarcados por anchas
tiras de granito que se cruzan formando amplios cuadrados. Muy bonito y bien
realizado, pero monótono en un gris que casi ni se distingue, a no ser que
llueva y el granito y los adoquines adquieran diferentes colores. Pero cuando
llueve no se está para apreciar adornos.
Color gris en la calle de
Armañá, como en Quiroga Ballesteros, o en San Marcos, o San Pedro, o en la Raiña.
Colores que contribuyen a conferir cierto aire de tristeza a nuestras calles.
Hay un tramo de Ronda que me
gusta mucho. Es el que discurre desde la Puerta Aquirre hasta la esquina del
Reducto Cristina. Allí confluyen varios detalles que, según mi modo de ver,
contribuyen a la belleza del lugar. Por una parte, está la Muralla y ese lienzo
resulta muy prometedor para quienes llegan a visitarnos utilizando las líneas
de buses. Son bonitos los bancos que hay allí, con sus amplias jardineras
adosadas y con tierra suficiente como para sustentar plantas de cierto porte,
árboles de crecimiento controlado o arbustos.
Esos elementos ornamentales
descansan sobre un suelo diseñado en dibujos formados por cuadrados delimitados
con diferentes tipos de solería, confiriendo al conjunto un sobrio y elegante aspecto.
Aunque todo es de colores grises, las gamas son suficientes para poder apreciar
los adornos. El conjunto resulta muy bonito, tal vez algo oculto entre tantos
bancos y jardineras. Por otra parte, me parece que pocos han reparado en esta
parte de la Ronda, pues es un lugar de paso. Y quienes lo utilizan siempre
llevan prisa.
Me duelen los colores grises
en nuestras calles, así como la ausencia en ellos de algún tipo de dibujo o
disposición que les confiera cierta variedad original. Fuera de Murallas, vemos
bonitos y acertados ejemplos de suelos con logrados dibujos y colores. Recuerdo
ahora las calles Divina Pastora, Menorca, Isaac Díaz Pardo, y alguna otra.
Creo, repito que es mi
opinión, que todo es cuestión de imaginación y una cierta dosis de valentía. En
las calles podemos ver los resultados de buenos operarios, que los tenemos.
Pero faltan quienes decidan los colores y las disposiciones de las piezas que
se utilizarán. Estos tipos de suelos no son más caros, pero sí resultan más
agradables para todos.
Pienso en calles alfombradas con dibujos geométricos que las hagan agradables, acogedoras.
Emilio tienes toda la razón.
ResponderEliminarAbrazos
Mercedes
Gracias, Chiruca. Besos
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