Despotismo Ilustrado - Publicado el 24 - julio - 2023

 El Despotismo Ilustrado consistió en un tipo de gobierno llevado a cabo por personas cultas, deseosos de establecer bienestar entre sus gobernados y lejos de violencia. Estaban tan llenos de vanidad que creían que sus ideas eran las únicas buenas. Por eso, mejor no perder tiempo prestando atención a opiniones alternativas que, por principio, serían peores a las propias. Su lema, en pocas palabras, se resumió así: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. En algunos aspectos, parece que en Lugo seguimos en este tipo de gobierno. Me explico.

A veces me duelen mucho los descuidos que sufre la ciudad, querido Lugo, por causa de dejadez o de desinterés por parte de quienes deberían dedicarse a tal oficio. Algunos fallos pueden ser visibles por todos. Otros, más sutiles, pasan desapercibidos para el lucense medio. Veamos un caso, el más ostentoso y vergonzoso.

Una de nuestras glorias culturales es Xoan Montes. No voy a hablar de su fecundo curriculum ni de su aportación a la historia musical lucense. Llegado el momento, se le erigió un monumento hermoso en mármol blanco, que no ha dejado de dar vueltas por dentro del recinto histórico. Parece no encontrar acomodo apropiado. Hoy está en la Plaza Mayor contra la pared, como un niño castigado y con difícil explicación para quién pregunta por tal despropósito. Por otra parte, le presta su nombre a una calle céntrica, que resulta de lo más desangelada, Nada acogedora, sería un lugar llamado a ser, con un tratamiento apropiado, una de las calles más bonitas de Lugo. En la parte baja del jardín de Santo Domingo, el que ahora está en controversia por su continuidad, hay un monolito con una placa en metacrilato que narra las glorias de nuestro músico. Pero es tal la suciedad que empaña la placa, que aquello, más que honra, ofende al personaje a quien se dedica. Y ante tal desaguisado, yo me pregunto qué hace el supervisor de esto. Pues no hace nada, entre otros motivos porque no existe tal supervisor que tenga cuenta de que todo está en orden como debe ser.

Hay muchos temas de jardinería en nuestra ciudad que corren la misma suerte, pero son silenciados porque tal vez no sean mucho quienes disponen de conocimientos suficientes para criticarlos de modo ponderado.

Ahora parte de nuestros paisanos se agitan de modo ordenado temiendo lo peor para nuestros jardines. No les falta razón, Taal vez han ocurrido muchos desmanes urbanísticos en nuestra ciudad (San Marcos, Quiroga Ballesteros, entorno del Mercado, etc) que han superado el aguante del vecindario. Lo de la Plaza de Ferrol ha sido el detonante de las actividades reivindicativas actuales.

Creo que fue Marcos Cela el último concejal que sabía de plantas  y les tenía cariño. Del resto, me parece que son dignas y respetables personas a quienes les ha caído el oficio sin buscarlo.

Nos dicen las autoridades que para hacer cualquier cosa de urbanismo, consultan a técnicos, arquitectos, especialistas, iluminados, iluminadas, enterados y enteradas.  Tal vez consulten también a algún peregrino por aquello de que vienen de lejos y han visto cosas. Creo que entre ese manojo de gente consultada, no estaría mal introducir a personal docente e investigador del Campus Terra, de Lugo. Hay en él profesionales de talla internacional que bien podrían aportar algún criterio relativo a árboles, arbustos, tipos de enraizamiento y propuestas idóneas para ajardinar cubiertas de aparcamientos subterráneos y procurar que todos quedásemos contentos en un lugar que se propone para disfrute y bienestar de todos. Porque eso es lo que todos buscamos. Estar más a gusto en una ciudad a la que le tenemos cariño.

Es posible que los responsables de la cosa tengan como desdoro  escuchar reclamaciones y asumir las oportunas como justas. No pretendo traer aquí un memorial de despropósitos en temas de jardinería lucense, que los hay. Pretendo que todo esto encuentre un cauce de diálogo en el que las opiniones válidas sean asumidas para conseguir un final del gusto de todos.

De no ser de este modo, temo que llegaremos a un desenlace que no gustará a nadie y, además con todos disgustados con todos. Y así no se favorece un ambiente de buena convivencia ciudadana.