lunes, 15 de enero de 2024

Apana y Apano Publicado el 15, enero, 2024

Estrenando el año, tal vez tocaría hablar de lo veloz que pasa el tiempo, por no decir lo que pedimos al 2024 o los propósitos que queremos cumplir en este nuevo período que nos ofrece la vida. Si, nos lo ofrece sin mayor mérito por nuestra parte. Una suerte de la que, como suele ocurrir, no somos muy conscientes.

Hace tiempo, en fechas de fin de año solía pasear por aquellos lugares lucenses que habían sido escenarios de hechos importantes en mi vida. Visitaba la calle de Santiago, la de Germán Alonso, paseaba por el parque o subía a la Muralla. En esos sitios evocaba mis hechos y disfrutaba de poder ir sumando años, aunque más tarde tal suma viniese acompañada del lastre de la pérdida de facultades.

Este año he ido al Museo Provincial, a reencontrarme con la historia de este Lugo que nos alegra y nos entristece. No es cuestión de inventariar motivos ahora.


El Museo también nos ofrece ocasión para reflexionar sobre temas personales. Todos adecuados para pensar, encuentro uno muy apropiado ahora, a comienzo de año, porque me hace evocar muchas cosas que siguen presentes en nuestro mundo de hoy. Me gusta sentarme a contemplar una pieza que considero única por muchos motivos y que, por eso mismo, me hace cavilar. Hablo de la estela de Crecente.

Encontrada hace relativamente poco, es una pieza que me suscita múltiples pensamientos, tanto por lo que nos muestra como por lo que insinúa. Al pie, tiene un texto en relieve, que más o menos viene a decir que “Apana, hija de Ambolo, que vivía en tierras de los Célticos, al norte del Tambre, murió a los 25 años y está enterrada aquí. Su hermano, Apano, fue el promotor de esto”. En el relieve, veo la reunión familiar y pienso en Apana y Apano, los hermanos, ella muerta y él que la recuerda y le erige la estela como homenaje. Los cariños familiares son así.

En el relieve vemos un hombre tras dos mujeres, que mantienen en su colo a un niño con juguetes en su mano. Tal vez se representa una escena festiva. El niño ha recibido regalos y todos se dejan copiar por un escultor. También ahora, en el día de Reyes, las familias se fotografían con los niños y los regalos recibidos. Las fotos pasarán al álbum familiar o viajarán a diferentes destinos, a casas de familiares o amigos, para que vean cómo crece el niño y qué bien están los mayores.

La composición de las figuras nos resulta muy familiar. En la segunda mitad del siglo pasado, se fue perdiendo la costumbre de hacerse fotos de estudio. Se popularizaron las máquinas de fotos y ya no fue preciso recurrir a establecimientos especializados para retratarse. Pero el relieve de Crecente, con el abuelo en pie, tras la esposa sentada junto a la hija y el nieto con su juguete, es una composición que nuestros Juan José, Ángel, Lamela, Peinó, Barreiro y otros fotógrafos de entonces, conocerían y repetirían como clásico y efectivo.

Han pasado muchos siglos desde la época en que se esculpió la estela, pero muchas fotos que hemos recibido en las pasadas navidades, nos repiten su tema: los abuelos, los padres y al frente, los niños como exponente de la continuación del clan familiar. Un tema lleno de cariño, pero también de sentido biológico. A través de ese niño se perpetuará la familia.

Sabemos los vínculos familiares que unían a Ambolo, Apana y Apano. ¿Cómo se querrían entre ellos? No dudemos que Apano quiso a su hermana, por eso le erigió esta estela rindiendo honor a su memoria. Tal vez no soñó con que pasados muchos siglos, siguiésemos hablando de ellos. Tenemos sobrados motivos para hablar del cariño que nos une a los miembros de las familias. Cariño que se muestra siempre y, especialmente, con motivos concretos, y que afloran como en cascada cuando celebramos fiestas familiares, como estas que acabamos de vivir hace unos días. Es bueno contemplar a Ambolo y su familia, en nuestro Museo Provincial, para comprobar que muchas cosas no cambian con el paso del tiempo, como el cariño familiar.

Foto: Museo Provincial de Lugo

10 comentarios:

  1. Como siempre, supremo.

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  2. Exagerado tú, no te parece? a veces los cariños ciegan. Besos en casa.

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  3. Me encanta como resaltar ese amor fraternal!
    Besos
    Chiruca

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  4. Leer esta arqueología sentimental que nos muestra Emilio Valadé es un placer escondido. No es sólo ver los elementos del paisaje urbano por los que hemos pasado decenas de veces sin reparar en ellos, es tratar de encontrar sus raíces, el por qué.
    Gracias

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    1. Gracias, Alfonso, por este comentario y por el modo de interpretar mi artículo. Un abrazo.

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  5. Muy interesante este pequeño ensayo.Adelante.

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  6. Hermosas reflexiones de personas que pasaron a la historia, aunque sea local, no sé si intencionadamente pero aquí nos tienen, veinte siglos más tarde hablando de ellos...

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