martes, 7 de mayo de 2024

Puertas racionalistas - Publicado el 7 - mayo - 24

Siempre el tipo de puertas ha definido al edificio que las posee. Su anchura, altura, material, tipo de hojas, etc., han sido características que se han tenido en cuenta al enjuiciarlas.

Hasta principios del siglo XX, eran de madera y macizas, si bien en su parte exterior presentaron algún tipo de embellecimiento en el que nos podemos recrear al mirarlas mientras pasamos ante ellas. En la calle de la Reina las hay talladas con bonitas molduras y pintadas de blanco en su totalidad. La que posee el palacio de Velarde, aunque hermosa, pide una buena restauración. Las hay en otras calles y plazas del casco histórico y, como solían ser piezas caras, están en edificios de cierta categoría.

El uso del hormigón en la construcción provocó muchos cambios en la manera de diseñar los edificios. En Lugo llegó con un estilo arquitectónico que conocemos como “Racionalista” y tuvo algunos arquitectos adheridos a él. Entre otros, Alfredo Vila y Eloy Maquieira han dejado en nuestras calles y plazas hermosos ejemplares de este estilo.


Con el uso del hormigón, puesto que el peso de los edificios caía por los pilares, las fachadas dejaron de tener función de soporte, pudiéndose aligerar y dejar paso a ventanales, uno de los deseos de este estilo, para que la luz entrase a raudales en las casas. Las ventanas individuales dieron lugar a ventanales largos que, incluso, llenaron toda la fachada, como es el caso de la Casa Roca, en nuestra Plaza Maior.

También el afán de llenar los interiores con luz natural llegó a los portales con puerta de dos hojas. Se hizo de un modo muy lógico: se abrió una ventana en cada una de las hojas de la puerta, salvando el hueco resultante con una reja que le servía de protección. Lo mismo que anteriores soluciones arquitectónicos, como arbotantes y gárgolas, añadieron a su función estructural una nueva, ornamental, estas rejas protectoras pronto comenzaron a diseñarse como elementos de adorno, de modo que sin dejar de proteger, se sumaron a la ornamentación de las fachadas con sus singulares diseños, adquiriendo un papel importante dentro de la estética general del edificio.

En general, estas rejas son de dos tipos. O bien son de flejes o de varas. Cuando son de flejes, éstos describen dibujos geométricos entrecruzándose entre ellos. El diseño de una hoja representa el de la otra como si estuviese reflejada en un espejo. La puerta cerrada forma un bonito conjunto. Si la reja es de varas, encontramos diversas modalidades, casi siempre esbeltas. Suelen estar compuestas por diversas varas que suben a lo largo del hueco, con dibujos en la base que se repiten invertidos en la parte superior y con uno grande en su parte central. Otro tipo de reja, que ni están formadas por flejes ni por varas, son las que representan dibujos con curvas de trazado caprichoso.

Todos ellos forman conjuntos muy armónicos que adornan las puertas y es posible encontrarlos en diversas calles de nuestra ciudad, en casas construidas a mediados del siglo pasado. Basta con ir mirando los portales. Veremos puertas muy bonitas que, como quien dice, están esperando nuestra mirada. Como son propiedad de las comunidades, como es lógico, encontramos algunas variaciones entre esas puertas. La mayoría de ellas, tienen las rejas pintadas con un color diferente al resto de la puerta, componiendo un conjunto muy armónico. En otros casos, están pintados del mismo color, más barato, claro, pero menos lucido. Hay el caso de dos edificios en los que el buzón para publicidad lo han colocado incrustado en la reja de su portal. Tal vez pase desapercibido. No todos valoran bien lo que poseen.

Cuando estas rejas están bien tratadas, y en la mayoría de los casos es así, es un placer irlos mirando. No hay dos rejas iguales, lo cual representa un mérito para los arquitectos que tuvieron que diseñar muchos modelos diferentes para ser colocados en las casas que construyeron. Para mí, es un recreo irlas viendo a la vez que camino por nuestras calles del centro. Por ellas, es posible que nos sorprendan hermosas puertas en las que no nos habíamos fijado antes. Y son piezas únicas.

11 comentarios:

  1. Emilio soy Chema Alonso,hoy referente a las puertas se hacen maravillas,pero las que se conservan,por no haber sido marmitadaa,gastadas,o apolilladas,y se ven en su estado real,hacen ver una realidad totalmente diferente a estas otras reestructurado,que no Figo que no tenga que haber adelantos para si reestructurando,pero fonde este lo real,mira la puerta giratoria del Círculo que emblema para Lugo,bdsiños en casa.

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  2. Chema, las puerta a las que me refiero eran piezas únicas. Ahora hay mychas onitas y buensas, peso son de catálogo. La originalidad sólo reside en escoger una o otra. Lo vemos en nuestras calles, muchas repetidas. Gracias pro el comentario.. Besos en casa.

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  3. Estimado Emilio,

    Agradézolle que chame a atención sobre esas portas, merece moito a pena fixarse nelas e darlles o valor que merecen, para que así non se perdan (como na recente rehabilitación do edificio de Tenreiro en Quiroga Ballesteros, onde a elegante porta orixinal, de enreixado horizontal, foi substituída por unha vulgar e anodina porta branca sen maior interese).

    Moitas están en bo estado, pero non son poucas as que precisarían unha posta a punto con repintados, substitucións de tablóns de sacrificio da parte inferior ou repaso de picaportes. Pero merecen conservarse.

    Tamén son de valorar as anteriores (do XIX e principios do XX), talladas en madeira e en ocasións con inxeniosos sistemas para darlle luz ós interiores (ocos enreixados superiores, contras desmontables ou móbiles intercambiables con vidro), na miña casa teño dous exemplos disto último (reproducción das orixinais).

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    1. Me alegra mucho que le haya gustado este tema de hoy. Hubo quien lo consideró algo fuera de lugar. Yo considero que las peurtas son capaces de alegrar un buen paseo. Considero que Quiroga Ballesteros es una calle muy rica en estas puertas, aunque también lamento la pérdida de las puertas del edificio de Tenreiro, pero ¿a quién se le pide que cuide de ellas? convendría una sensibilización general para conservar lo propio, dandole el valor correspondiente, convendrían tantas cosas, ¿verdad? Gracias por el comentario.

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    2. Estimado Emilio,

      Pola necesaria labor de sensibilización lle agradezo que chame a atención sobre esas portas.
      Se a normativa non obriga, alomenos que o faga o sentido común da xente informada (e para iso se necesita información e sensibilización como a que fai vostede).
      Por outra banda, podería vir a protexer algunhas delas a tantas veces reclamada actualización do PEPRI (que xa cumpriu 28 anos)

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  4. Como siempre, Emilio, tú fijándote en esos pequeños detalles que alegran la vista de quien pasea en lugar de "simplemente" pasar.
    Pero es verdad que pocas puertas quedan ya del siglo XIX (creo que ninguna de dos hojas superpuestas, como tenía el nº 13 de San Marcos hasta hace bien poco. Las racionalistas van aguantando, particularmente en Quiroga Ballesteros. Pero...
    Un abrazo.
    Cheta

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    1. Gracias por tu comentario. En la calle de San Pedro, nº 17 hay una puerta tipo aldea. Una hoja todo a lo largo del hueco, y dos hojas horizontales superpuestas. Te mando foto por mail. Quiroga Ballestaros, un recreo de verdad. En fin, un abrazo y gracias.

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  5. Mi antigua casa tenía una puerta "tipo aldea", como la que describes en la respuesta anterior.
    Un abrazo
    Chiruca

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    1. La recuerdo, y cuando lamenté la perdida que representaba el cambio,, hubo quienes no entendieron el comentario. Ahora hay una anodina que no llama la atención. Gracias por el comentario.

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  6. alfonsobarriosf@yahoo.es10 de mayo de 2024, 22:29

    Gracias una vez más Emilio por abrirnos los ojos sobre detalles que constituyen un gran conocimiento social.
    La puerta de la calle es siempre lo primero que se ve al acudir a una casa.
    Hasta el s. XX, las puertas del exterior que daban a la calle, con sus diferentes adornos, mostraban una idea de la categoría social de las personas que habitaban tras ellas. Esas puertas empiezan a hacerse todas iguales con la artesanía comercial que prolifera en el s. XX.
    El conjunto de la puerta y el portal que se abre tras ella, representa un lugar interesantísimo para cualquier paseante inquieto.

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    1. Cierto, Alfonso. Pero hoy se va por la calle sin pararse en detalles que pudieron haber sido placenteros si se hubiese reparado en ellos. Hablamoos de tiempos psados. Hoy se quieren puertas seguras, sí, y que dejen pasar la luz a su través. Bellas? no. Anodinas. Gracias por tu comentario.

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