lunes, 28 de diciembre de 2020

MIDIENDO EL TIEMPO (Publicado el 28 de diciembre de 2020)

El tiempo corre, tempus fugit, y nunca vuelve atrás. Agua que llega a la mar, nunca vuelve río arriba. Estrenamos nuevo año cada mes de enero. Los romanos llamaban a este mes Xanuarius en honor a su diosa Xano, que era la diosa de las entradas, de las puertas. En gallego, Xaneiro está próximo a su fuente etimológica. En castellano llamamos jambas a los laterales de las puertas, también en su honor.

Siempre me llamó la atención lo pronto que se conoció el ritmo del tiempo, su ciclo y cómo medirlo. Desde tiempos muy tempranos la gente ha empleado relojes que, a veces, marcaban hitos en la historia sus propietarios. A niños de mi edad, el primer reloj se nos regalaba al aprobar el ingreso en bachillerato. 

Siempre fueron los poderosos quienes marcaron el tiempo. En la Edad Media, los relojes estaban en las torres de las catedrales, que por eso se llamaban “Torre del reloj”. En el siglo XIX, cuando el poder civil comenzó a competir con el eclesiástico, los edificios civiles tuvieron su reloj y hubo pugnas acerca de cuál de los dos relojes marcaba la hora oficial de las ciudades.
 


En Santiago sólo hay reloj en la Catedral y es el que marca los ritmos compostelanos. En Lugo tenemos dos relojes, el de la Catedral y el del Ayuntamiento, pero el primero está parado, y el segundo anda a trompicones. Tal vez nos hemos quedado sin hora o a las entidades ya no les interesa marcarnos ritmos, vaya uno a saber. 

Ahora tenemos reloj en Correos, pero le falta tradición y perspectiva para contemplarlo con comodidad. Me gusta. Hubo relojes con carillón en el edificio de la Caja de Ahorros y en la Parroquia de San Antonio. Tocaban alguna melodía gallega en horas determinadas, pero parece que no dejaban dormir, según llamadas anónimas, y fueron silenciados. Es impresionante el poder del anonimato. Hubiese bastado con determinar un horario de funcionamiento, pero pareció mejor enmudecerlos y todos contentos. 

Paseo por Lugo, por nuestro Lugo, entre obras de esos arquitectos que dejaron su impronta en la ciudad: Eloy Maquieira, Nemesio Cobreros, Alfredo Vila, Ruperto Sánchez y otros. Disfruto viendo los legados que nos han dejado, tanto en edificios como en diseños de plazas y jardines. Pero la ciudad, a veces ingrata y olvidadiza, no les dedicó una calle o una plaza a algunos de ellos, hasta hace bien poco. Yo les dedicaría las mejores, como agradecimiento y para que sirviesen de ejemplo de nuestra memoria. Es curiosa esta dejadez, pues dentro de muralla, hay cuatro calles dedicadas a otros tantos obispos (Basulto, Armañá, Aguirre, Izquierdo), pero ninguna dedicada a estos arquitectos. Es posible que para muchos conciudadanos resulten desconocidos. 

Pero volviendo a relojes lucenses, recuerdo uno floral situado en la Plaza del Ferrol. Daba mucha información sobre el día en que se estaba, día de la semana, mes y año, pero requería un trabajo constante y diario. Desapareció al hacer el aparcamiento subterráneo y nadie pensó en volverlo a colocar. Era una obra de jardinería muy vulnerable. 

También tuvimos relojes digitales, muchos, esparcidos por lugares de la ciudad. Negros, con numeración digital, eran cuadrados sobre mástiles y nos informaban de la hora y la temperatura del lugar en que estaban. Desaparecieron bajo la promesa de mejoras en la información, pero nunca llegaron. Tal vez a alguien no le guste que tengamos conciencia del paso del tiempo. 

Es tarde en este día de diciembre y paseo bajo la lluvia. La torre del Ayuntamiento no da la hora, ni la de la catedral. Alguno me dice que a ver si el 2021 nos devuelve lo que nos robó el 2020. En realidad, a mí no me ha robado nada. Me ha obligado, eso sí, a vivir de un modo diferente a como me lo había programado en un enero que me resulta muy lejano. Intuyo cómo será mi 2021. Un año de austeridad pero deseo que bueno, pues austeridad no está reñida con bienestar. Tal vez convenga volver a dar importancia nueva a cosas y actos que habíamos relegado. 

Feliz 202l a todos. El tiempo seguirá volando y huyendo, Tempus fugit.

4 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo!
    Feliz 2021!
    Abrazos
    Chiruca

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  2. Me ha encantado Emilio como dijo Vinicius de Morales "No hay nada como el tiempo para pasar"

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  3. Gracias por tu comentario, hermosolunes. También un buen café en mejor compañía es una buena ocasión para pasar la tarde y no paseando bajo la lluvia.

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