lunes, 14 de diciembre de 2020

NAVIDAD 2020 (Publicado el 14 de diciembre de 2020)

No desvelo ningún secreto si me declaro amante de nuestro Museo Provincial. En su claustro hay colecciones que me son queridas, como la de escultura popular. En ella encuentro piezas que formaron parte de un baldaquino gótico de planta cuadrada. Consiste en las bambalinas de su cúpula y en ellas encuentro representada la historia resumida de la vida de Jesús. En realidad, figuran los hechos que la jerarquía quería que viesen los fieles de entonces, fundamentalmente iletrados y dados a creer en historias mágicas. 

Hoy me refiero al lienzo que representa la adoración de los Magos. En este relieve, podemos ver que poco o nada ha cambiado desde entonces en nuestra manera de interpretar este misterio. En el fondo, es lo mismo. Por eso lo comprendemos nada más fijarnos en él con detenimiento. Bajo una estrella, tres reyes con sus coronas llegan a visitar a un niño que está en el regazo, en el colo, de su madre, que también tiene corona. Detrás de esta madre coronada, un hombre, tal vez anciano, contempla la escena un poco marginado. Los reyes están en fila para saludar al niño y traen en sus manos sendos paquetes, tal vez regalos. El primero de los reyes ya está ante el niño y en señal de reverencia, ha dejado caer su corona al suelo. Tal vez tiene idea de categorías y sabe quién es el más importante en ese encuentro. Después vendrán los otros reyes y a ver qué harán, posiblemente lo mismo. Pero eso ya no está en el relieve. 




Tres reyes, tradicionalmente uno blanco de tez, otro amarillo y otro negro. Hay quienes quieren ver en cada uno, por su color de piel, la representación de los continentes entonces conocidos: Europa, Asia, África. No lo sé. También hay quien dice que en el tímpano de una iglesia compostelana, San Fiz de Salobio, se representó por vez primera un rey negro. Es lo mismo. Los nuestros, los del Museo Provincial, van vestidos de reyes con túnica, esclavina y corona. 

Es bonito el relieve, como los otros tres que, juntos, configuraban el dosel del baldaquino medieval. No conozco piezas de este tipo en Lugo. Cerca tenemos el de Vilar de Donas, trasladado a una nave del crucero. Pero dejando de lado el baldaquino y lo que podamos encontrar allí para contemplar, hoy me dejo llevar por la imaginación y evoco el tiempo, ya lejano, en que ocurrieron estos hechos. Podría decir la primera Navidad. 

Este de ahora, Navidad de 2020, es un tiempo propicio para evocaciones, para recordar a personas más o menos próximas, situaciones vividas y, por qué no, recordarnos a nosotros mismos, los niños que fuimos, los adultos que somos e, incluso, los mayores que vamos siendo. Siempre hemos ido pasando por el tiempo de un modo u otro o es el tiempo el que hemos visto pasar ante nosotros. Es lo mismo. 

Hace un año tuve el honor de pronunciar el Pregón de Navidad en nuestra ciudad, en Lugo. Lo releo ahora y me emociona ver cómo deseaba un año lleno de alegría, de sana alegría, con los amigos y familiares de cada uno. Decía, llega un 2020 “que casi es nuestro”. Pobre ingenuo era yo al decir eso, un año que casi es nuestro. Hay cosas que no se dicen ni en metáfora. 

Pero sí, nos hemos creído lo de “Rey de la Creación” aplicado a cada uno de nosotros. Parece que nos sobraban motivos diversos para creérnoslo. Reyes de la creación, pero viene un virus de ARN a destronarnos y ponernos en nuestro sitio, colocándonos frente a frente del nivel de vulnerabilidad que tenemos, muchas veces debido a nuestros avances. 

Ese mismo desarrollo nos pone en el dilema de salvar la Navidad o salvar vidas. Tal vez se quiera decir salvar la economía o salvar vidas. Pero la vida es algo muy propio y la economía, efecto de nuestra civilización, viene a ser parte de un monstruo de mil cabezas que nosotros mismos hemos fabricado. Por primera vez en su historia, el supuesto rey de la creación debe escoger entre salvarse a sí mismo o salvar al monstruo que ha creado.

4 comentarios:

  1. Estamos destronado pero... aínda non somos conscientes.
    Que o 2021 traía todo o bo que nos desexastes para o 2020 e non se cumpriu. Que os Reis nos agasallen con saúde e afectos.
    Unha aperta e grazas por facernos reflexionar, Emilio.

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    1. Si, Pilar, ya no somos reyes de la creación. Lo necesarios será que empecemos a actuar como tal. May muchos que no se han enterado y siguen, siguen. Recuerdas el mandato bíblico "Creced y multiplicaos, y dominad la tierra..."? Ese dominad" ha sido nefasto, creo yo. Besos, Pilar.

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