Me apena mucho la profunda diferencia que encuentro en lo de San Marcos entre los edificios y la estructura del suelo que media entre ellos. Me explico. Me apena porque siento un tremendo desconcierto al ver el contraste de un entorno hermoso, coherente y elegante, rodeando algo completamente inexplicable en cualquier sitio en el que estuviese y menos en éste.
La calle de San Marcos posee una
historia reciente en nuestra ciudad. No arranca de la época de los romanos, no.
Empieza a configurarse como un carril en la Edad Media y poco a poco va tomando
protagonismo en un Lugo naciente que crece como capital de Provincia y que,
como tal, necesita edificios para nuevas funciones y viviendas para nuevos profesionales.
Además de nobles y campesinos, se afianza un nuevo grupo social, una burguesía
con ansias de protagonismo local y presencia ciudadana. Todo eso se consolida
en la calle de San Marcos y en ella hace acto de presencia hasta hoy.
Se abrió calle nueva, se
construyeron viviendas frente a un Palacio que desenvolvería importantes
actividades futuras. Las casas respondían a un diseño casi uniforme. A veces me
ha dado por pensar que ciertamente este enclave fue la sede de un ensanche
ciudadano que, como en otras ciudades españolas, se produjo en la segunda mitad
del siglo XIX.
Las casas presentan su diseño de entonces, elegante.
Planta baja y dos pisos, el segundo con galería. Los vanos de las plantas bajas
y los primeros pisos presentan dinteles ligeramente curvados. Los del primer
piso dan acceso a otros tantos balcones, salvo en algún caso, en el que hay un
solo balcón corrido. Bonitos los remates superiores de las galerías y los
diferentes copetes que adornan los dinteles de los vanos de los primeros pisos.
Presentan una homogeneidad, que no uniformidad, que debió
de sorprender a los lucenses de entonces. Me los quiero imaginar asombrados
ante la configuración de tal bastión de edificios nada palaciegos, destinados a
una nueva clase social de ciudadanos, emergente, y que parecía destinada a vivir
un protagonismo inminente.
En muchas ciudades son frecuentes las calles o plazas con
edificios coetáneos y todos con fachadas similares. En nuestra ciudad poseemos
este frontal de casas similares situadas ante el Palacio de San Marcos. Frente
a la fila de casas, tenemos el Palacio que propició la expansión de la ciudad
hacia aquel lugar. De mediados del siglo XIX, nació para albergar las nuevas
funciones que generaban nuevas políticas sociales y de gobierno. Acogería un
hospital de beneficencia, que nunca se llegó a instalar. Pero allí estuvo el
primer Instituto de Enseñanza Media de Galicia, que andando los años se
llamaría Lucus Augusti; cobijó la Biblioteca Provincial y, además, fue la sede
de la naciente Diputación Provincial. Ese edificio vio nacer muchos proyectos y
actuaciones que determinaron la marcha de la ciudad y la provincia. Para mi
opinión, es el Palacio más bonito de la ciudad, además de poseer la importancia que
tiene para nosotros. Sigue siendo la sede de la Diputación Provincial.
El edificio está en consonancia con la función que se le
asignó desde su principio. Planta baja y primer piso con cuerpo central
sobresaliente y destacado de las alas. Tiene tres entradas y balcón corrido en
el que se suelen poner pancartas relativas a celebraciones en días especiales.
Sí, la Diputación no se desentiende de los movimientos ciudadanos.
Antes de las obras que trajeron la marea de piedras hasta
la misma puerta del Palacio, su acceso sobresalía del resto de la calle con
unos cuantos peldaños, Ahora las piedras invasoras sepultaron esos peldaños. Le
quitaron majestad, que tenía, y no le aportaron ningún valor añadido. Perdió
esbeltez, pero eso no parece preocupar a muchos.
Me gusta el edificio. Me recuerda amplios palacios
neoclásicos de pocas alturas y alargados, uniformes en su fachada, como las
casas de vecinos que nacieron enfrente casi en la misma época. Posee grandes
ventanas en ambos niveles con dinteles en semicírculo. De una u otra manera,
ningún vano de esta calle es recto, todos describen algún arco más o menos
completo.
En general, un lugar muy bonito que evoca elegantes ansias
constructoras del siglo XIX.
La calle de San Marcos, podría considerarse como un ejemplo de expansión de la ciudad en el Siglo del Progreso, verdad?
ResponderEliminarAbrazos
Chiruca
Yo lo considero de ese modo, Chiruca, como la calle del progreso y la del Teatro. Recuerdos
EliminarQue suavitos los comentarios, es increible lo que destruyeron, para nada o sí, para eliminar una verja y un cierre precioso, unos jardines cuidados y con la solera del tiempo.
ResponderEliminarPatetica la plaza actual, no se como los vecinos de Lugo lo pudieron permitir, será que no preguntaron a los lucenses.
La verja y el cierre precioso rodean la actual sede de ASPNAIS, en la salida hacia la carretera vieja de Santiago, haciendo esquina a la calle Fray Plácido. Al hacer las obras primeras, la Diputación trasladó esos cierres (de su propiedad) al contorno del Hospital de San José, también una institución suya. De lo que hay ahora he hablado en un artículo publicado el 31 de mayo pasado.
EliminarUn saludo muy cordial. Emilio
https://paseandoporlugo.blogspot.com/2021/05/nostalgia-de-belleza-perdida-publicado.html#more
EliminarLe mando el enlace del artículo en el que hablo de lo que quedó de aquel lugar tan bonito.
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ResponderEliminarDesconocía que el cierre original palacio de la Diputación se hubiese trasladado al Hospital de San José. He buscado alguna foto en internet y he encontrado un par de postales. El conjunto (palacio y cierre) era precioso. ¡Lástima que no se conserve tal cual!
ResponderEliminarCierto. Pero ya digo, el cierre y las puertas rodean actualmente el antiguo Hospital de San José
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