En esta nuestra Europa, las ciudades con catedral suelen tener un dédalo de callejas a su alrededor formando como un laberinto, que, en general, constituyen su barrio histórico. El trazado de estas calles es antiguo, así como sus mismas casas. Son barrios con historia propia, a veces relacionada con la misma catedral, sus funciones y servicios. Todos sabemos que las catedrales medievales fueron centro de peregrinaciones de gentes que llegaban a ellas por venerar las reliquias que guardaban.
Los alrededores de las
catedrales originaron barrios destinados, la mayor parte de las veces, a
atender a esos peregrinos, ofreciéndoles todo tipo de servicios.
En Lugo, ente otras calles
destinadas a este fin, atender a peregrinos, tenemos la calle de la Cruz. Una
calle llena de actividad con gente que viene y va, entrando o saliendo de los
locales y describiendo pausados ajetreos por unos locales llenos de vida y de
recuerdos.
Es una calle corta,
ligeramente curvada y con casas muy desiguales. Sus edificios no corresponden a
una época concreta, más bien constituyen una heterogénea colección de ellos
que, bien mirados, nos ofrecen datos del paso de los siglos y sus estilos por
nuestra ciudad.
En un extremo de la calle
vemos un edificio noble, de la escuela de Ferro Caaveiro, o tal vez de él mismo,
con hermoso portal y escudo, y otro en lo alto del chaflán que forma en la
esquina que da a la calle del Conde de Pallares. Junto a este edificio noble,
encontramos otro, de bello trabajo en el enmarcado de sus vanos, tres por
planta. Puertas con dinteles planos, que muestran unos bonitos perfiles
rectilíneos con medallones circulares en los ángulos. Todo labrado en granito,
nuestra piedra noble. Tres balcones en el primer piso y balcón corrido en el
segundo, creo que es la única casa lucense que muestra estos perfiles en sus
vanos. Pero si buscamos singularidad en ella, tenemos que el edificio presenta sendas
gárgolas en los extremos de su cornisa, y yo diría que es el único de Lugo que
las posee, dejando de lado el edificio del Concello, la Catedral y algún otro de
cariz religioso.
Pero no toda la calle
presenta tales niveles señoriales en sus edificaciones. Más bien tiene una
colección muy diversa de edificios en cuanto a sus fachadas, a proporciones de
sus vanos, presencia de buhardillas y otros aspectos. Por citar otra
singularidad, diré que en esta calle encuentro una rejilla a ras de suelo, que
debió de servir en su día para ventilar el sótano del inmueble. Ya digo, una
calle muy diversa para quien quiera buscar singularidades, que seguro que las
encontrará, y en la que conviven edificios barrocos y alguno de corte
racionalista, en armonía con cuarteles nobiliarios extrañamente a ras de calle,
tal vez procedentes de usos en construcciones anteriores.
Se edificó cómo, cuándo y
dónde se pudo, echando mano de lo disponible. No sólo ocurrió eso aquí. En
todas las vías del Camino de Santiago ocurrió lo mismo, pues conviene recordar
que estamos en pleno Camino Primitivo, el que desde el siglo IX conduce a
Compostela desde Oviedo y que en 2015 ha sido declarado Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
A veces es bonito y sano
recordar estos datos históricos y culturales que nos sitúan en las raíces del
concepto mismo de la Europa que conocemos. Otras veces, mejor es sentarnos en
esta calle y dejar volar la imaginación viendo cómo pasan gentes de todo tipo
hacia Compostela. Fijándonos en sus modos, oyéndoles sus hablas, reparando en
sus vestimentas, es sencillo ver la diversidad en las formas bajo la
uniformidad en el sentimiento. El caminante sigue marcando senda en el siglo
XXI. Un lujo histórico que tenemos los lucenses junto a la Muralla Romana,
Hay establecimientos bonitos,
mostrando todos ellos un buen hacer que siempre dejan satisfechos a quienes por
cualquier causa los visitan. Algunos, trascienden su labor profesional y han
dado lugar a peñas altruistas con papeles asistenciales en nuestra ciudad. No
es cuestión de dar nombres, pero todos conocemos sus cuestaciones en días
concretos.
Cuando paso por esta calle,
soy consciente de su dimensión histórica y cultural. Un lujo ciudadano.
Qué emblemática es la Calle de la Cruz!
ResponderEliminarTengo que fijarme en los detalles que señalas.
Muchas gracias Emilio.
Besos
Chiruca
Y más detalles que encontrarás. Gracias, Chiruca.
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