Revisando microsurcos, me encuentro con uno de la Banda Municipal de Lugo. Tiene Manoliño, Festa na Tolda, Eduardo y otros, todos ellos evocadores de una época. Normalmente, la Banda nos ofrecía conciertos desde el palco de la música de Plaza Mayor. Los conciertos eran los jueves por la tarde y los domingos al mediodía, coincidiendo con paseos populares. La Banda constituía un orgullo para todos.
El
público, que eran los mayores, nuestros padres y sus amigos, la escuchaban
protegiéndose del sol bajo las sombras de los olmos o de los aligustres. Tenían
más o menos sus sitios acostumbrados. Los niños jugábamos en el espacio que
quedaba libre entre el palco mismo y los oyentes.
En la
misma barandilla del palco se ponía en un pequeño cuadro el repertorio que se
interpretaría en cada concierto, que constaba de dos partes. En la primera de
ellas nos ofrecía versiones de obras ligeras más o menos de moda en cada
momento. En la segunda, oíamos selecciones de zarzuelas o piezas de música
clásica. Cada 25 de julio, el concierto constaba exclusivamente de música
gallega y actuaba la Banda con su grupo de gaitas.
Hablo de unos
tiempos en los que el único aparato musical que existía en las casas era la
radio y, además, no se sintonizaban muchas emisoras. No sé para mis amigos y
otras personas pero en mi caso, la primera vez que entré en el campo de la
música fue gracias a nuestra Banda y aún hoy se lo agradezco mediante un
cariñoso recuerdo, al que sumo al Maestro Méndez, su director de entonces.
Fue
cuando algunos sellos discográficos editaron microsurcos con piezas de la Banda.
Eran discos de 17cm. de diámetro y dos piezas musicales en cada cara. Eran
tiempos de emigración y muchos de estos discos fueron a Centros Gallegos.
Entonces
los niños creíamos que el mantenimiento de la Banda no requería esfuerzo alguno
por parte de nadie, venía como caído del cielo. Con el tiempo nos fuimos
enterando de lo que es un presupuesto, unas partidas presupuestarias, unos
funcionarios públicos y cosas similares. En medio de esos engranajes complejos
encajaba, o intentaba encajar, nuestra Banda y, aunque fundada en el año 1876
por Xoan Montes, hubo un tiempo, tal vez estamos aún en él, durante el que
pareció que a nadie en el Concello le interesaba tener ni mantener una Banda
Municipal. Tal vez incluso sea un tema del que ni quieren oir hablar de él en
el día de hoy.
Galicia
es tierra de Bandas. En esta misma provincia tenemos poblaciones de menor
calificación administrativa que Lugo que poseen sus Bandas, que dignamente
cumplen las funciones para las que fueron creadas.
Se me
podría preguntar el por qué un Concello tiene que tener una Banda. Tampoco digo
eso, pero si la tiene, que la mantenga. Una Banda sirve para enmarcar actos
concretos en los que actúa la Corporación Municipal de modo institucional.
Todos recordamos los actos de renovación del voto a San Roque, o los de la
Infraoctava de Corpus, con la Banda acompañando a los ediles. Pero esas son
actuaciones puntuales que si se quiere, se quitan y que las añore quien quiera
añorarlas.
Pregunto
una cosa. ¿Para qué queremos jardines? Para adornar nuestras calles, alegrarnos
los días y enseñarnos ejemplares botánicos exóticos. Es decir, tienen varios
fines, entre ellos decorar, alegrar las calles y, además, mostrar especies
extrañas en nuestra zona. Podemos prescindir de jardines, pero las ciudades
serían diferentes. Porque un jardín incide positivamente en la calidad de vida
de los ciudadanos.
Repito la
pregunta, pero referida a la Banda. ¿Para qué la queremos? Para que nos
represente fuera de Lugo, nos acompañe en momentos de especial significado y de
ocio y nos eduque musicalmente ofreciéndonos conciertos con obras seleccionadas
por personas cualificadas, que saben de nuestro nivel de conocimientos. Con
todas esas funciones bien llevadas, la Banda contribuiría a dar cierto realce a
nuestra calidad de vida.
¿Será la Banda
Municipal de Lugo una más de nuestras añoranzas relativas a tiempos pasados? El
refrán dice, querer es poder. Todos sabemos quiénes tienen que querer que,
además, son los que pueden.
Es triste,lamentable,tétrico,mi querido profesor lo que te voy a comentar,en la tierra de Montes de Rosalía....estamos sin banda de música,por qué otra banda que toca desafinada mente música de fondo ofrece,un repertorio,que no queremos escuchar,hicieron una oposición,y el número uno,al día siguiente de haber ganado la plaza pidió excedencia y se fue a dirigir la Banda de Santiago,crees que es de razón,los melómanos,no podemos ir al cantón los domingos,a escuchar una banda municipal la nuestra,ahora estamos en elecciones,tú crees que se puede,en la propaganda de los partidos tratar este tema,seguro que acarreria,un buen número de votos,apagándose,y en el silencio,de estos días,te mando un beso de Carmucha,tu querida amiga de siempre,y un abrazo de José María su hijo.
ResponderEliminarTriste, si..Sin mayores comentarios este abandono que es posible ver por todas partes. Recuerdos en Casa.
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ResponderEliminarDe la Banda de Música de Lugo, dirigida por el Maestro Méndez, tengo unos recuerdos preciosos de mi infancia. Fue donde inicié mi formación musical.
Abrazos
Chiruca
La iniciaste tú y muchos más. Yo entre ellos. Recuerdo un domingo por la mañana, que me encantó la Invitación al vals. En fin... Besos, Chiruca.
ResponderEliminarSuena estupendo. Me encantan los recuerdos del Lugo de antes, en los que no olvidas meter explicaciones que nos ponen en circunstancias. Sabía que las radios habían sido así de importantes (y que muchos carecían de ellas), pero al verlo en contraste con la Banda Municipal, ambos hechos se magnifican. Suena muy bien la "programación" musical, el lugar elegido, los días, y la disposición del público. ¡Interesante comparativa jardines-Banda! Saludos. Silvia
ResponderEliminarGracias a ti, Silvia. Lo triste es que en Lugo estas cosas forman parte del recuerdo, mientras en otros lugares, incluso de la Provincia, son de actualidad. A veces, solo a veces, parece que Lugo disfruta destrozando recuerdos. Gracias por tu comentario. Emilio
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