martes, 24 de diciembre de 2024

Avenida de Ramón Ferreiro - Publi. el 24 de dic. de 2024

En términos urbanísticos, el salón es un tipo de paseo, siempre arbolado, netamente español y desarrollado a partir del siglo XVIII, que experimenta su apogeo durante el romanticismo, en pleno siglo XIX. Además de las aceras, el salón consta de tres vías, de las cuales la central es la más ancha, está arbolada y se utiliza como paseo. A ambos lados tiene calzadas unidireccionales para vehículos.

En Lugo poseemos más de una vía con esta estructura. Originariamente, estaban concebidas como paseo, con lo cual la vía central, la arbolada, debía de ser la más amplia. Esta de ahora, la de Ramón Ferreiro, posee una vía central estrecha, muy estrecha, lo que hace que junto a unas amplias aceras, pocos sean quienes las utilizan pasa pasear, si bien tiene sus bordes con césped, cómodos bancos y árboles de sombra que, por el grosor de sus troncos, nos hacen ver que tienen cierta edad y aún no ha llegado a ellos ese afán que despuebla otros jardines lucenses.

Desconozco al personaje que da nombre a la vía, pero después de tantos cambios que hubo en el nomenclator lucense, supongo que resistir en él debe ser debido a algún mérito por su parte, que desconozco.

Recuerdo, hace más de medio siglo, que desde la glorieta que estaba al final de la calle Obispo Aguirre, salía un camino que llevaba al Cementerio (a los Cementerios) y, sobrepasados éstos, a Fingoy. Era una senda larga, despoblada, pedregosa y plena de supersticiones y leyendas locales acerca de la luctuosa vecindad. Me han llegado respetables opiniones que indican que esa situación del camposanto fue una barrera para el crecimiento de nuestra ciudad en aquella dirección. No lo sé.



A finales de la década de 1940 comenzaron a cambiar las cosas. Se inició la construcción de un nuevo Cementerio municipal en As Arieiras, para el que Eloy Maquieira diseñó una elegante fachada y, cuando estuvo dispuesto, se clausuró el “viejo”. Las obras del Cementerio, puesto bajo la advocación de San Froilan, fueron terminadas bajo la dirección de Ruperto Sánchez, nuevo Arquitecto Municipal, sucesor de E. Maquieira.

Con el Cementerio alejado, comenzaron las obras de un ambicioso proyecto urbanístico de la mano de Ruperto Sánchez. Se estaban construyendo los Institutos y la Escuela Normal, lo cual propiciaba que se llamase “ciudad cultural” al entorno y se inició la avenida de Ramón Ferreiro.

Una vez hecha la vía, se pudo pensar en ampliar la ciudad en aquella dirección y nació la idea del llamado Polígono de Fingoy, que generó muchas ideas, comentarios y sueños. Se construyeron muchas casas en plan de cooperativas y edificios ajardinados. Tal vez, el conjunto no es lo que se pensó que podría llegar a ser. Pero todo ha cambiado, y si miramos con atención, vemos que la ciudad ha crecido mucho por aquella zona, con centros educativos, sociales, hoteles de calidad y una bonita iglesia.

Los tiempos son otros. Estoy seguro que si Ruperto Sánchez pudiese ver el fruto de todo cuanto diseñó, no lo reconocería, pero comprendería que los usos van modificando las estructuras ciudadanas y entonces sí, encontraría en todo aquel dédalo de casas y calles, su acción y sus ideas.

¿Qué queda de todo aquello? Creo que el trazado de unas cuantas calles y el de la Avda. de Ramón Ferreiro, que ya en su inicio se prolongaba hasta encontrarse con la Avda. de Madrid. Hoy es una avenida llena de actividad ciudadana. Muchos servicios nuevos y necesarios tienen su sede en ella y es cómoda para todos.

Aunque las aceras son amplias, algunas personas utilizan su paseo central como espacio para descansar: los bancos son numerosos, acogedores y el arbolado regala su sombra. Por suerte para ellos mismos y para nosotros, nadie se ha fijado en los iniciales plátanos de sombra, y han crecido bien cuidados. Una bonita y acertada labor de mantenimiento hace que con podas e injertos adecuados, vayan adquiriendo un clásico aspecto de emparrado en el cual se hace difícil distinguir hasta dónde alcanza un árbol y empieza su vecino. Ahora, en invierno y los árboles ya podados, es posible admirar este tipo de injertos del que hablo.

6 comentarios:

  1. Más allá,de tus infinitos comentarios,de tus infatigable,estudios,y sabiduría que ilustras a tus discípulos,hoy os deseo que el Niño de Belén,os deje lo mejor en casa,y lo mejor es que tú y tu hermana,sigáis así,compartiendo,humildad,sabiduría y Amor,Feliz Navidad.

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    1. Muchas gracias, te deseo lo mismo para tí y los tuyos. En cuanto a tus halagos... en fin, el cariño siempre es ciego. Feliz año.

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  2. Gracias por esos deseos generosos. Besos en casa desde casa.

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  3. Gracias por traerme los recuerdos escolares de cuando estudié el bachillerato.
    Abrazos en estos días de recuerdos familiares.
    Chiruca

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  4. Has inflamado mi curiosidad, Emilio.

    Por favor, cuéntanos alguna de esas supersticiones sobre la localización del antiguo cementerio.

    ¿Tienen que ver con la Santa Campaña?

    Gracias, Emilio por tus reflexiones.

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    1. No con la Santa Compaña. pero sí con lenguas de fuego que se ponían ante los transeúntes, les hablaban e impedían su caminar.
      Por demás, desconozco cómo terminaban esos encuentros, aunque sospecho que el caminante escapaba corriendo en dirección contraria a la que llevaba hasta el encuentro.
      Saludos, Alfonso. Feliz 2025.

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