En términos urbanísticos, el salón es un tipo de paseo, siempre arbolado, netamente español y desarrollado a partir del siglo XVIII, que experimenta su apogeo durante el romanticismo, en pleno siglo XIX. Además de las aceras, el salón consta de tres vías, de las cuales la central es la más ancha, está arbolada y se utiliza como paseo. A ambos lados tiene calzadas unidireccionales para vehículos.
En Lugo poseemos más de una vía con esta
estructura. Originariamente, estaban concebidas como paseo, con lo cual la vía
central, la arbolada, debía de ser la más amplia. Esta de ahora, la de Ramón
Ferreiro, posee una vía central estrecha, muy estrecha, lo que hace que junto a
unas amplias aceras, pocos sean quienes las utilizan pasa pasear, si bien tiene
sus bordes con césped, cómodos bancos y árboles de sombra que, por el grosor de
sus troncos, nos hacen ver que tienen cierta edad y aún no ha llegado a ellos ese
afán que despuebla otros jardines lucenses.
Desconozco al personaje que da nombre a la vía,
pero después de tantos cambios que hubo en el nomenclator lucense, supongo que
resistir en él debe ser debido a algún mérito por su parte, que desconozco.
Recuerdo, hace más de medio siglo, que desde la
glorieta que estaba al final de la calle Obispo Aguirre, salía un camino que
llevaba al Cementerio (a los Cementerios) y, sobrepasados éstos, a Fingoy. Era
una senda larga, despoblada, pedregosa y plena de supersticiones y leyendas
locales acerca de la luctuosa vecindad. Me han llegado respetables opiniones
que indican que esa situación del camposanto fue una barrera para el
crecimiento de nuestra ciudad en aquella dirección. No lo sé.
A finales de la década de 1940 comenzaron a
cambiar las cosas. Se inició la construcción de un nuevo Cementerio municipal
en As Arieiras, para el que Eloy Maquieira diseñó una elegante fachada y,
cuando estuvo dispuesto, se clausuró el “viejo”. Las obras del Cementerio,
puesto bajo la advocación de San Froilan, fueron terminadas bajo la dirección
de Ruperto Sánchez, nuevo Arquitecto Municipal, sucesor de E. Maquieira.
Con el Cementerio alejado, comenzaron las obras
de un ambicioso proyecto urbanístico de la mano de Ruperto Sánchez. Se estaban
construyendo los Institutos y
Una vez hecha la vía, se pudo pensar en ampliar
la ciudad en aquella dirección y nació la idea del llamado Polígono de Fingoy,
que generó muchas ideas, comentarios y sueños. Se construyeron muchas casas en
plan de cooperativas y edificios ajardinados. Tal vez, el conjunto no es lo que
se pensó que podría llegar a ser. Pero todo ha cambiado, y si miramos con
atención, vemos que la ciudad ha crecido mucho por aquella zona, con centros
educativos, sociales, hoteles de calidad y una bonita iglesia.
Los tiempos son otros. Estoy seguro que si
Ruperto Sánchez pudiese ver el fruto de todo cuanto diseñó, no lo reconocería,
pero comprendería que los usos van modificando las estructuras ciudadanas y
entonces sí, encontraría en todo aquel dédalo de casas y calles, su acción y
sus ideas.
¿Qué queda de todo aquello? Creo que el trazado
de unas cuantas calles y el de
Aunque las aceras son amplias, algunas personas
utilizan su paseo central como espacio para descansar: los bancos son numerosos,
acogedores y el arbolado regala su sombra. Por suerte para ellos mismos y para
nosotros, nadie se ha fijado en los iniciales plátanos de sombra, y han crecido
bien cuidados. Una bonita y acertada labor de mantenimiento hace que con podas
e injertos adecuados, vayan adquiriendo un clásico aspecto de emparrado en el
cual se hace difícil distinguir hasta dónde alcanza un árbol y empieza su
vecino. Ahora, en invierno y los árboles ya podados, es posible admirar este
tipo de injertos del que hablo.
Más allá,de tus infinitos comentarios,de tus infatigable,estudios,y sabiduría que ilustras a tus discípulos,hoy os deseo que el Niño de Belén,os deje lo mejor en casa,y lo mejor es que tú y tu hermana,sigáis así,compartiendo,humildad,sabiduría y Amor,Feliz Navidad.
ResponderEliminarMuchas gracias, te deseo lo mismo para tí y los tuyos. En cuanto a tus halagos... en fin, el cariño siempre es ciego. Feliz año.
EliminarGracias por esos deseos generosos. Besos en casa desde casa.
ResponderEliminarGracias por traerme los recuerdos escolares de cuando estudié el bachillerato.
ResponderEliminarAbrazos en estos días de recuerdos familiares.
Chiruca
Has inflamado mi curiosidad, Emilio.
ResponderEliminarPor favor, cuéntanos alguna de esas supersticiones sobre la localización del antiguo cementerio.
¿Tienen que ver con la Santa Campaña?
Gracias, Emilio por tus reflexiones.
No con la Santa Compaña. pero sí con lenguas de fuego que se ponían ante los transeúntes, les hablaban e impedían su caminar.
EliminarPor demás, desconozco cómo terminaban esos encuentros, aunque sospecho que el caminante escapaba corriendo en dirección contraria a la que llevaba hasta el encuentro.
Saludos, Alfonso. Feliz 2025.