domingo, 30 de noviembre de 2025

Recuerdos y reflexiones - Publicado el 30 de Nov. de 2025

Publicado el XXV Aniversario de la declaración, por la UNESCO, de la Muralla de Lugo como Patrimonido de la Humanidad. 

                                +    +    +    +

 Contaba yo menos de diez años e iba al Colegio Balmes, en la calle de los Clérigos. Entre los profesores estaba Don Gregorio Sanz, que todos los días venía a acompañarnos a los párvulos para contarnos algo de interés y abrirnos los ojos ante el entorno. Un día, nos habló de nuestra Muralla y nos hizo imaginar una historia llena de avatares entre los que el monumento se había mantenido intacto hasta llegar a nuestros días.

Fue la primera vez que la vi en su dimensión histórica. No sé cómo sería aquella visión infantil, en la que los hechos reales se mezclarían con los fantásticos e, incluso, con los provenientes de sueños imaginados. Pero siempre, desde entonces, la dimensión histórica ha acompañado mi forma de enjuiciarla.



Hoy la veo de manera muy diferente, pero hay matices que permanecen en mi idea. Me gustaría saber qué pensaron los habitantes de Lucus Augusti a lo largo de los siglos posteriores, en los que la vida cambiaba, venían situaciones nuevas, la ciudad vivía preocupaciones diferentes a las anteriores, pero la Muralla se mantenía sin cambio alguno. Los lucenses la conocerían “de toda la vida”, pero no sé si replantearon su presencia o su utilidad en una urbe cambiante. Claro que por lo que sabemos, la ciudad era pequeña, pues los conventos de Sto. Domingo y S. Francisco marcaban el final de la zona construida. Dentro de murallas, había abundante terreno disponible para edificar.

Es en época reciente cuando aparecen corrientes favorables a su derribo con posibles soluciones optimistas. D. Juan Rof Codina, en un artículo en El Progreso, publicó los inconvenientes estructurales del supuesto derribo. No obstante, los partidarios de esa actuación siguieron con sus intrigas.

Hubo quien dijo que la Muralla encerraba a la ciudad impidiendo su crecimiento, metáfora grandilocuente, pero no verdadera. Cuando fue preciso, se abrieron puertas para dar vías a los nuevos servicios que se presentaban. Ahí están las puertas de la Estación, de la Cárcel, de Obispo Aguirre y del Obispo Odoario. Por ellas entraron tales servicios nuevos y la ciudad se expandió también gracias a ellas.

Mientras, teníamos un tesoro que ignorábamos y nadie nos lo había venido a decir. En diversas ciudades del antiguo Imperio Romano se conservan restos de aquella época. Entre ellos, y muy preciado, algún lienzo de sus antiguas murallas, siempre con deseos de seguir excavando para ampliar esos lienzos. Nosotros la teníamos completa. Tapada con casas adosadas a ella, que en más de una ocasión sirvieron de robustas defensas que evitaron la caída de paredones vencidos por siglos de despreocupación.

Después, voces amigas y autorizadas nos hablaron de lo nuestro, lo calificaron como único y ese adjetivo ya nunca se separó de nuestra muralla. Un monumento único en el mundo conservado hasta hoy gracias a los lucenses de tantos siglos. Ya nadie se cuestiona su presencia en la ciudad, es más, muchas actuaciones ciudadanas se hacen inspirándose en su presencia. Lugo aparece en mapas y guías de viajes redactadas bajo diferentes criterios, pero constituyendo llamadas a públicos cultos que llegan a ver aquello que, para nosotros, sigue siendo algo “de toda la vida”, como siempre lo fue para los lucenses de antaño.

Me gusta subir a la Muralla. Me gusta ir solo a empaparme de recuerdos y pensar en realidades ciudadanas. Hubo años en los que se vieron como novedad antenas de televisión, hoy las novedades son placas solares, pero siguen contando el pulso ciudadano. Paseo sin nada a los lados. Desaparecieron las casas adosadas y sus viviendas que hablaban de vida en su interior. Se escuchaban radios y canciones. Las chimeneas echaban humos. La gente vivía. Hoy todas esas señales están ausentes, no sé si lo añoro. Aquellos indicios de vida me envolvían y hoy tanta ausencia de vecindades, a veces, me produce sensaciones de frío, de soledad.

¿Vivimos la muralla? Es decir, ¿La tenemos presente en nuestro día a día? Creo que sí, rotundamente sí. Cierto que hay quienes nunca suben a la Muralla, tal vez ni siquiera saben que hay un ascensor para facilitar su acceso. Son personas que, a pesar de esto, se ponen a criticar y no paran. Hay otros, muchos, que la utilizan para hacer deporte, para pasear a su mascota, para ir con su familia o con sus amigos visitantes. Estos, que son muchos, la suelen enseñar sin vanidad, diciendo que esto es lo que tenemos, nuestro bien patrimonial único y que, sabemos, tenemos que cuidar.

Sí, los romanos nos dejaron la lengua, muchos modos y costumbres y una Muralla. Me gusta verla desde donde sea. Todas sus vistas son espléndidas. Tengo mis favoritas, como todos tenemos. Pero hay cosas que me duelen por su ausencia. Me duele que dentro del casco histórico no haya más señales indicando sus accesos. Por dificultades al caminar, me cuesta trabajo bajar desde el adarve. Creo que habría posibilidad de instalar algunos pasamanos para facilitarlo. (Sé que es Patrimonio de la Humanidad, pero las escaleras de Nemesio Cobreros tolerarían un barandilla en uno de sus lados). También me duele la escasez de diferentes folletos explicativos, utilizando como tema sus puertas, sus historias, sus respectivos estilos, etc.

Por demás, me gusta cómo se va intentando integrar su presencia en nuestras actividades diarias y lúdicas y cómo los lucenses respondemos de manera positiva integrándolas. Porque hoy sabemos lo que tenemos.

4 comentarios:

  1. Hola mi querido profesor como lucense,estoy orgulloso de nuestra muralla,poco cuidada por la gente,los perros las colillas etcetc,debería cuidarse más este entorno tan querido,gracias por este homenaje,besos en casa de Chema Alonso Teijeiro

    ResponderEliminar
  2. Chema, no se pueden poner puertas al campo. La cantiadad de visitantes a la Muralla genera esos inconvenientes de los que hablan, y que existen. Pero no hay papeleras en todo el adarve, y desconozco si hay personal destinado a su limpieza. Esto también lo debemos de tener en cuenta. Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  3. Soy una privilegiada, porque vivo enfrente de la Muralla!
    Abrazos
    Chiruca

    ResponderEliminar