Publicado el XXV Aniversario de la declaración, por la UNESCO, de la Muralla de Lugo como Patrimonido de la Humanidad.
Fue la primera vez que la vi en su dimensión histórica. No
sé cómo sería aquella visión infantil, en la que los hechos reales se
mezclarían con los fantásticos e, incluso, con los provenientes de sueños imaginados.
Pero siempre, desde entonces, la dimensión histórica ha acompañado mi forma de
enjuiciarla.
Hoy la veo de manera muy diferente, pero hay matices que
permanecen en mi idea. Me gustaría saber qué pensaron los habitantes de Lucus
Augusti a lo largo de los siglos posteriores, en los que la vida cambiaba,
venían situaciones nuevas, la ciudad vivía preocupaciones diferentes a las
anteriores, pero
Es en época reciente cuando aparecen corrientes favorables
a su derribo con posibles soluciones optimistas. D. Juan Rof Codina, en un
artículo en El Progreso, publicó los inconvenientes estructurales del supuesto
derribo. No obstante, los partidarios de esa actuación siguieron con sus
intrigas.
Hubo quien dijo que
Mientras, teníamos un tesoro que ignorábamos y nadie nos
lo había venido a decir. En diversas ciudades del antiguo Imperio Romano se
conservan restos de aquella época. Entre ellos, y muy preciado, algún lienzo de
sus antiguas murallas, siempre con deseos de seguir excavando para ampliar esos
lienzos. Nosotros la teníamos completa. Tapada con casas adosadas a ella, que
en más de una ocasión sirvieron de robustas defensas que evitaron la caída de
paredones vencidos por siglos de despreocupación.
Después, voces amigas y autorizadas nos hablaron de lo
nuestro, lo calificaron como único y ese adjetivo ya nunca se separó de nuestra
muralla. Un monumento único en el mundo conservado hasta hoy gracias a los
lucenses de tantos siglos. Ya nadie se cuestiona su presencia en la ciudad, es
más, muchas actuaciones ciudadanas se hacen inspirándose en su presencia. Lugo
aparece en mapas y guías de viajes redactadas bajo diferentes criterios, pero
constituyendo llamadas a públicos cultos que llegan a ver aquello que, para
nosotros, sigue siendo algo “de toda la vida”, como siempre lo fue para los
lucenses de antaño.
Me gusta subir a
¿Vivimos la muralla? Es decir, ¿La tenemos presente en nuestro
día a día? Creo que sí, rotundamente sí. Cierto que hay quienes nunca suben a
Sí, los romanos nos dejaron la lengua, muchos modos y
costumbres y una Muralla. Me gusta verla desde donde sea. Todas sus vistas son
espléndidas. Tengo mis favoritas, como todos tenemos. Pero hay cosas que me
duelen por su ausencia. Me duele que dentro del casco histórico no haya más
señales indicando sus accesos. Por dificultades al caminar, me cuesta trabajo
bajar desde el adarve. Creo que habría posibilidad de instalar algunos
pasamanos para facilitarlo. (Sé que es Patrimonio de
Por demás, me gusta cómo se va intentando integrar su
presencia en nuestras actividades diarias y lúdicas y cómo los lucenses
respondemos de manera positiva integrándolas. Porque hoy sabemos lo que
tenemos.

Hola mi querido profesor como lucense,estoy orgulloso de nuestra muralla,poco cuidada por la gente,los perros las colillas etcetc,debería cuidarse más este entorno tan querido,gracias por este homenaje,besos en casa de Chema Alonso Teijeiro
ResponderEliminarChema, no se pueden poner puertas al campo. La cantiadad de visitantes a la Muralla genera esos inconvenientes de los que hablan, y que existen. Pero no hay papeleras en todo el adarve, y desconozco si hay personal destinado a su limpieza. Esto también lo debemos de tener en cuenta. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSoy una privilegiada, porque vivo enfrente de la Muralla!
ResponderEliminarAbrazos
Chiruca
Y con un amplio panorama suyo. No lo dudes. Nesos
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