El sol,
las sombras, las luces, todas estas variables juegan un importante papel en el
arte, también en el callejero. Si me gusta el barroco, en parte es por cómo
sabe hacer juegos de luces y sombras a través de ventanales, cornisas y
relieves.
Me admiran los constructores que, siempre, supieron jugar con la complicidad del sol de modo que en determinadas épocas del año, sus rayos incidiesen en fachadas de modos concretos o penetrasen en interiores de templos creando en ellos atmósferas acogedoras. En nuestra Catedral, en los días posteriores al 25 de diciembre, el sol penetra por el rosetón que hay sobre la sacristía e incide en el interior del templo.
Siguiendo
con la catedral, vemos que la fachada posee tres grandes ventanales, cada uno
de los cuales ilumina cada nave interior en los atardeceres. Todo eso, lógico,
ocurre cuando hay sol, puesto que el día de Navidad suele estar muy nublado en
nuestra ciudad. En ese caso, no vemos el fenómeno.
A los
constructores les gustó utilizar la luz como aliada en sus construcciones.
Añoro conocer cómo sería la fachada de la iglesia de Santiago de Meilán, antes
de caerse. Si nos atenemos a la belleza de su ábside, podemos imaginar un buen
rosetón que iluminase el interior del templo. Pero no pudo ser y la fachada
cayó, aunque resistió el resto.
En las
calles disponemos de muchos ejemplos en los que la luz define dibujos
diferentes. Pueden ser plataformas de balcones, faroles exentos unidos a las
paredes con soportes, árboles, lo que sea pero que genere sombra sobre el suelo
o sobre fachadas. La sombra estará definida pero, conforme avancen las horas y
Visitando
monasterios y, llegando a lugares dedicados al descanso, podemos encontrarnos
con estancias en las que en invierno penetra el sol hasta el fondo de ellas,
mientras que en verano, no lo hacen. Es el mismo saber de los arquitectos de
entonces, que construían con fines concretos, en este caso la salud de los
usuarios. Sabían que en invierno el sol está más bajo sobre el horizonte y, por
tanto, sus rayos pueden penetrar hasta el fondo de las salas cuando están bien
orientadas. En verano, por el contrario, el sol está más alto y, por tanto, los
rayos no pueden penetrar quedando en la entrada.
Es
posible que en Lugo, en casas orientadas al sur, se puedan notar estos efectos
de la rotación terrestre, que nada tienen de mágicos. Son repetitivos y se
pueden predecir. Pero, en la calle, tenemos un bonito ejemplo de esto que hoy
comento. Los soportales de
La foto
que acompaña este escrito está tomada en febrero. El sol está subiendo, la luz
ya no entra hasta el fondo. Hoy, con mayo casi terminado, las áreas iluminadas
están casi fuera del paso para peatones.
Tal vez
esto que comento resulte muy nuevo para muchos a quienes nunca llegó esta
información. Lo lamento mucho y no quiero hacer ningún tipo de reflexión acerca
de los planes de estudio ni de la información que quieran proporcionar los
Concellos a sus habitantes y visitantes. Todo, creo yo, es cuestión de definir
lo que se quiere que sepan los habitantes de la ciudad y los visitantes que
buenamente preguntan.
No sé,
tal vez sea precisa una buena programación de actividades con las que los
ciudadanos puedan tener acceso a un mejor conocimiento de la ciudad que
habitan, si se quiere que así sea.
Querido Emilio,me llama la atención la penetracion del dolor en sitios,como monasterios,catedrales,sitios de recogimiento,lo he experimentado y la verdad es bellísima el arte se puede pronunciar.como siempre besos en casa
ResponderEliminarColor
ResponderEliminarTienes rarazón, amigo, todos es cuestión de cómo lo quieras ver. El arte posee esa versatilidad. Me alegra encontrarte aquí.
ResponderEliminarGracias Emilio por esta luminosa reflexión, por la que nos llevas incluso a revisar los contenidos de la Educación que se imparte en los centros de Enseñanza.
ResponderEliminarLos juegos cromáticos de la luz, en la cultura cristiana, tienen una importancia fundamental, con su significado religioso que implica el renacer. Recuerdo que en la iglesia románica de San Juan de Ortega (muy cerca de la ciudad de Burgos), tiene lugar el famoso "Milagro de la luz", que sucede en los equinoccios, 21 de marzo y 22 de septiembre, cuando un rayo de sol poniente penetra por una ventana e incide directamente en las imñagenes del interior, iluminando durante unos cinco minutos las escenas esculpidas. La luz en toda la cultura cristiana evoca el renacimiento.
Gracias, Alfonso, por tu comentario. Esto de la luz es muy amplio. Jesucristo se definió como la Luz, en el evangelio de S.Juan, también en el mismo texto, en la noche en que charla con Nicodemo, hablan de la luz y su utilidad. ¿Conoces el monasterio de Celanova? Cerca de Orense, fue erigido por S.Rosendo, pero su madre, Sta. Ilduara le acompañó durante el periodo de obras. El hijo construyó una iglesuca mozárabe para ella, aún está allí. Tiene dos ventanucos en posiciones opuestas bajo la pequeña cúpula. También en los equinoccios el sol entra por uno y sale por el otro. Gracias por tu información, te mando otra similar.
EliminarAún tengo en la mente la luz crepuscular que entraba por las vidrieras de la Catedral de León a primeros de junio de 1993, cuando asistí a la boda de unos amigos.
ResponderEliminarFue impactante.
Abrazos
Chiruca
Hay recuerdos imborrables ligados a efectos de la luz. Besos, Chiruca
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